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1. Dios nos adopta como sus hijos:
Jesús nos brinda el perdón: Dicen las personas que estudian la mente humana que los seres humanos necesitamos tener buenas relaciones. Usted necesita relacionarse bien con el esposo, la esposa, los hijos; hay que buscar y llevarse bien con todo el mundo, con el vecino, la gente que sirve públicamente. Si encuentras una manera de tener buenas relaciones, dicen ellos, ya tienes una buena parte de tu vida resuelta porque sabrás manejar la situación y las circunstancias de la vida.
Hay tres tipos de relaciones, y la más importante es la que tenemos con Dios. Jesucristo vino a esta tierra y dio su vida por los demás. La Biblia dice que él vino y que la luz verdadera alumbra a todo hombre. Vino a salvar lo que se había perdido, y lo que se perdió fue la relación perfecta entre el hombre y Dios, una relación de amor.
Dios llena nuestras necesidades. Cuando el mundo nos falla, cuando la gente nos falla, incluso cuando los amigos cercanos nos fallan, encontramos consuelo, fortaleza en Dios.
La Navidad es Jesús. Así que Jesús tiene que estar en el centro de nuestra reunión, en el centro de nuestra fiesta. Jesús es la razón. Los ángeles tuvieron que descender del cielo para decir: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz y buena voluntad para con los hombres. Y aquí les ha nacido un hijo; lo llamarán Emanuel”, que traducido es “Dios con nosotros”. El perdón que Dios nos da es algo tan maravilloso porque te hace estar en paz con Dios. Cuando sientes el perdón de Dios, cuando recibes el perdón de Dios y sabes que lo que él hizo, no es lo que tú has hecho, nosotros, hermanos, hemos de recibir ese regalo: la adopción. Soy un hijo de Dios, soy una hija de Dios. Nuestra identidad no depende de lo que el mundo dicta, nuestra identidad no depende de lo que la gente diga. Nuestra identidad está en que somos hijos de Dios, lavados con la sangre de Cristo. Él nos adoptó como sus hijos. Amarse no significa estar de acuerdo en todo y decir sí a todo lo que diga el otro. Amarnos es hablarnos con la verdad en amor. Muchas veces, con nuestra actitud, alejamos más a las personas. La voluntad de Dios es que seamos llamados hijos de Dios. Se nos presenta una relación con Dios no simplemente como seres creados o distantes de Dios, sino se nos muestra una relación de cercanía. Somos llamados hijos de Dios. Así es la relación, como de un niño con su padre.
2. Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo:
Juan vio a Jesús que venía y dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Jesús vino para que tú y yo pudiéramos tener una relación de amor con él. Yo sirvo a Dios por amor a él. Yo amo a Dios, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A través de Jesús, se nos da un buen padre que nos cuidará. Jesús es el puente que nos conecta con el padre. Ahora tenemos relación directa con nuestro padre. Por eso, por lo menos una vez al año, recordar esos conceptos nos hace bien. Nos recuerda cuál es nuestra verdadera identidad, no sólo identidad, sino lo que hemos recibido del Señor. Hemos recibido el perdón y hemos sido adoptados en la familia de Dios al adoptarnos como sus hijos. Gracias a lo que Jesús ya hizo por cada uno de nosotros. Esa palabra “quita”, que quita el pecado del mundo en el versículo, es una palabra en griego que se pronuncia más o menos “airó” y significa tomar sobre sí mismo y llevar lo que ha sido levantado. Eso es lo que hizo Jesús, Jesucristo, que nos reconcilió con Dios el padre. Entonces, hermano, esa es la razón para celebrar. Jesús nos ama tanto que nos liberó de todas las cargas.
Así que recibamos estos regalos que Jesucristo nos trajo consigo cuando habitó entre nosotros. No dejes que la comercialización de la Navidad te robe el verdadero significado de lo que Cristo vino a proveernos
Atentamente, Pastor Guillermo Ayala.
Citas Bíblicas:
Juan 1: 9-13
Juan 1:11
Juan 1: 29:34
Juan 11: 11-13
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