CREADOS PARA ADORAR

por Nov 3, 2025

Tiempo de lectura 3 minutos

Texto base: Génesis 1:26-27

Cuando Dios creó al ser humano, no lo hizo al azar. Nos formó a su imagen y semejanza, con la capacidad de relacionarnos con Él, reconocer su gloria y devolverle alabanza. Es decir, fuimos creados para adorar. La adoración no es solo algo que hacemos en un servicio o cantando una canción; es el diseño mismo de nuestro ser.

La adoración es nuestro diseño original

Génesis 1:26-27

Desde el principio Dios nos formó para reflejar su carácter, su amor y su santidad. Adorar es reconocer quién es Dios: Soberano, Santo, Poderoso y Bueno. Cuando adoramos, volvemos a nuestra identidad original. Sin adoración, el corazón humano se vacía y busca ídolos temporales. Fuimos hechos para rendir honra a Dios.

Cuando adoramos, nuestra vida se alinea con el propósito para el cual fuimos creados.

La adoración en espíritu y en verdad

Juan 4:23-24 / Romanos 12:1

Jesús enseñó que el Padre busca adoradores verdaderos. No adoradores ocasionales, sino aquellos que lo hacen “en espíritu y en verdad”:

  • En espíritu significa desde lo profundo del corazón, con sinceridad y entrega.
  • En verdad significa conforme a la Palabra, con obediencia.

Romanos 12:1 nos recuerda que nuestra vida misma debe ser adoración: nuestras decisiones, actitudes, conducta y pensamientos.
La adoración no se limita a cantar, adorar es vivir para Dios.

Adoración es entregar mi vida como sacrificio vivo, santo y agradable a Él.

La adoración transforma

Isaías 6:1-8 / Hechos 16:25-26

Cuando Isaías estuvo en la presencia de Dios, fue transformado. Reconoció su necesidad, recibió perdón y salió con propósito.
La adoración cambia nuestro corazón, limpia, sana, renueva y nos activa para servir.

En Hechos 16, cuando Pablo y Silas adoraban en medio de la cárcel y del sufrimiento, sus cadenas se rompieron y las puertas se abrieron.
La adoración no depende de circunstancias, la adoración libera.

Cuando adoras, Dios mueve lo imposible: cambia ambientes, corazones y situaciones.

Adorar no es solo cantar: es nuestro propósito eterno.

  • Fuimos creados para adorar.
  • Adoramos con nuestra vida entera.
  • Y cuando adoramos, somos transformados.

Hoy, decide volver a tu diseño original: Vive adorando en espíritu y en verdad.
Y prepárate, porque la presencia de Dios transforma todo lo que toca. Amén. 

     Atentamente Pastor Guillermo Ayala

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