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Dios siempre cumple sus promesas. Desarrollar la habilidad de recordar las promesas de Dios te brindará apoyo en los momentos oscuros de la vida.
- Volver a una Vida con Dios (Jer. 16.15; Is. 44:28)
Los libros históricos de Esdras y Nehemías relatan el retorno de Israel de su exilio a la tierra prometida. Esta historia comparte similitudes con el éxodo de los judíos de Egipto, tal como se describe en el libro de Éxodo. Por ello, a veces se le conoce como «el nuevo éxodo». Iniciando esta serie sobre el nuevo éxodo, es esencial entender que si te sientes distante o desconectado de Dios, esta serie te guiará de regreso a una vida en comunión con Él. También, si has escuchado sobre Dios pero no sabes mucho acerca de Él, esta serie está diseñada para ti, explorando lo que significa vivir en una relación con Dios. Así como cuando Israel regresó a Dios, su adoración y relación con Él fueron completamente restauradas, de la misma manera, al volvernos a Dios, nuestra adoración y vida de fe se renuevan por completo en Él. - Dios Promete Estar Siempre con Nosotros (Mt. 28:20)
En Esdras 1:1–5, se prepara el escenario para lo que sigue en ambos libros. Los israelitas están cautivos en el Imperio Babilónico. Sorprendentemente, el Señor mueve el espíritu del rey persa Ciro para cumplir la palabra de Dios dada al profeta Jeremías (v. 1). La primera oración de Esdras nos ilustra que lo que está por suceder ejemplifica cómo Dios cumple sus promesas, dos promesas específicas y trascendentales. La primera es Jeremías 16:15, la promesa de que Israel regresará a la tierra que Dios dio a sus ancestros. La segunda es la promesa en Isaías 44:28: «[El Señor] dice de Ciro: ‘Él es mi pastor, y cumplirá todo mi propósito’; acerca de Jerusalén dice: ‘Será edificada’, y respecto al templo: ‘Serán puestos tus cimientos'». Ahora Ciro no solo instruye a los judíos a volver a su tierra, sino que también los urge a hacerlo con un propósito: reconstruir la casa de Dios (Esdras 1:3). Los capítulos restantes de Esdras 1 y 2 narran cómo los israelitas regresan a su tierra para emprender la tarea de restaurar Jerusalén y el templo. - Nada es Imposible para Dios (Lc. 1:37)
¿El mensaje central? ¡Dios cumple sus promesas! Cuando Dios nos hace una promesa, por más imposible que parezca, podemos regocijarnos, sabiendo que nada es inalcanzable para Él (Lucas 1:37). ¿Cuáles son algunas de las promesas que Él nos ha otorgado? Una es la promesa de salvación: si confesamos con la boca y creemos en el corazón que Jesús es el Señor, Dios nos salvará de nuestros pecados (Romanos 10:9). Otra promesa es que nada puede separarnos del amor de Dios (Romanos 8:38–39). Dios también asegura que nunca nos abandonará (Hebreos 13:5). Además, promete que un día, la muerte, el luto y el dolor serán cosa del pasado (Apocalipsis 21:4). Estas son solo algunas de las promesas divinas. Los libros de Esdras y Nehemías recalcan que Dios cumple sus promesas, lo que nos permite confiar en Él. Nehemías subraya la fiabilidad de Dios cuando parece que el proceso de reconstrucción se estanca. Nehemías ora a Dios (Nehemías 1). Cuando llega su turno de estar ante el rey, vemos que Dios escuchó y respondió a la oración de Nehemías (Nehemías 2), cumpliendo su promesa cuando Nehemías es enviado a Jerusalén para finalizar lo que había comenzado. - Dios Sorprenderá a Través de Fuentes Inesperadas
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