Dios está lleno de gracia

por Feb 17, 2025

Tiempo de lectura 3 minutos 

1. Dios ve a las multitudes con compasión
(Mateo 9:35-36)

“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. [36] Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mat.9.35-36)


«Vino la palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Pero Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis…» (Jonás 1:1-6)

Dios nos muestra en su Palabra que su corazón está lleno de compasión. Así como Jesús miraba a las multitudes con misericordia, sanando enfermos y restaurando vidas, así también Dios quiso mostrar su amor a la ciudad de Nínive, llamando a Jonás a predicarles el arrepentimiento. Muchas veces podemos actuar como Jonás y huir del llamado de Dios, pero su gracia nos alcanza y nos recuerda que su deseo es salvar y restaurar.

2. La gracia de Dios es un regalo que no merecemos
«Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.» (Romanos 6:23)
«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» (Mateo 6:33)

El pecado nos separa de Dios y nos condena a la muerte, pero en su infinita gracia, Dios nos ofrece el regalo de la vida eterna a través de Jesús. No hay nada que podamos hacer para ganarnos su favor; es un don que él nos otorga por amor. Nuestra respuesta a esta gracia debe ser buscar su reino y vivir de acuerdo con su justicia.

3. Dios nos salvó por su gracia para buenas obras
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.» (Efesios 2:8-10)
«Juan dio testimonio de él y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.» (Juan 1:15-17)
«Defiende mi causa contra mis adversarios; pelea, Señor, contra los que me atacan.» (Salmo 35:2)

Dios no solo nos salva por gracia, sino que nos llama a vivir en esa gracia y a cumplir el propósito para el cual fuimos creados. Somos su obra maestra, y él ha preparado de antemano buenas obras para que caminemos en ellas. Cuando enfrentamos dificultades o ataques, su gracia sigue siendo nuestra defensa y fortaleza.

La gracia de Dios es el regalo más precioso que podemos recibir. Nos mira con compasión, nos ofrece salvación sin que la merezcamos y nos capacita para cumplir su voluntad. Vivamos cada día con gratitud por su gracia y compartamosla con otros, reflejando su amor en el mundo.

Atentamente Pastor Guillermo Ayala.

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