En Nehemías 8, vemos al pueblo de Israel reunido en Jerusalén. Nehemías y Esdras están uno al lado del otro y juntos dirigen al pueblo en la adoración. Este es un pasaje muy detallado con una gran cantidad de información sobre cómo era la adoración en ese momento, por lo que es bueno estudiar y echar un vistazo a la adoración bíblica. Lo primero que vemos es que el pueblo se ha reunido para escuchar una lectura de la Ley (los libros de Moisés). Están escuchandoa Esdras leerles la Palabra de Dios (Nehemías 8:1–4). No solo eso, vemos el tremendo respeto que la gente le tiene cuando se levantan para escuchar leer a Esdras, de pie en la plataforma especial hecha para este propósito (Nehemías 8:4-5). Esto es similara una práctica que se encuentra en muchas tradiciones eclesiásticas, donde la gente defiende la lectura del Evangelio por respeto a Jesús.
¡El siguiente énfasis en la adoración que vemos es el regocijo! La gente llora al escuchar la Ley de Dios, y estas no son lágrimas de felicidad. Lo más probable es que fueran convencidos de sus pecados (de ahí la confesión en Nehemías 9). Pero el liderazgo anima al pueblo a adoptar un enfoque opuesto: “No estéis de luto ni lloréis”, le dicen al pueblo (Nehemías 8:9). Luego animan a la gente a ir a celebrar un banquete, “porque el gozo de Jehová es vuestra fortaleza” (v. 10). La gente se marcha regocijada. ¿Por qué? Porque “habían entendido las palabras que les fueron declaradas” (v. 12). ¡Se encuentra un gran gozo al comprender verdaderamente la Palabra de Dios! Si aquellos que todavía estaban bajo la Ley del Antiguo Testamento podían encontrar motivos para regocijarse, ¡cuánto más aquellos de nosotros a quienes se nos ha dado el evangelio! Hay un gran gozo al darte cuenta de que Dios está por ti y no contra ti, que gracias a Jesús eres aceptado y no condenado (Romanos 8:1).
Finalmente, hay un elemento de deseo de la gente de reunirse comunitariamente, comer y estudiar la Palabra de Dios (8:12). De este deseo surge el redescubrimiento de la Fiesta de las Tiendas, y en toda Jerusalén se celebra esta fiesta (vv. 14-18). ¿Te imaginas por un momento prácticamente una ciudad entera viviendo para Dios? Como se veria eso? ¿Cómo sería si en Navidad todos estuvieran celebrando el nacimiento del Salvador? ¿Qué estás haciendo para acercarte a hacer realidad ese sueño?
Que Dios te bendiga.
Pastor Guillermo Ayala
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