El Gozo Del Señor

por Abr 23, 2024


Tiempo de lectura estimado: 3 minutos

El gozo, la felicidad, la alegría, es algo que todos los seres humanos necesitamos y buscamos. La diferencia es cuál es la fuente de ese gozo, de esa alegría, de esa felicidad. La gran mayoría de personas busca esto en la fiesta, la parranda, el trago, las vacaciones, una mejor casa, un mejor carro, pero todas estas cosas materiales son pasajeras, no son duraderas, poco tiempo nos dura la alegría de tener un auto, una casa nueva, un celular nuevo, esas vacaciones soñadas, se terminaron antes de lo que esperábamos y volvemos a nuestra dura realidad del día a día. El gozo permanente en nuestras vidas lo vamos a encontrar solamente en Dios, al saber que Él me ha salvado de la condenación eterna, que Él me ha dado vida y vida en abundancia, que Él me ha dado un propósito para poder vivir.

1. Tu mayor fuente de gozo debe ser el milagro más grande: Tu salvación

La palabra griega para gozo es chara y se define como “alegría, deleite tranquilo, alegría, estar sumamente gozoso” y la palabra griega para gracia es charis, que significa favor inmerecido. ¿Ves una relación muy cercana entre charis y chara? Esto se debe a que el gozo es una asunción absoluta en la gracia. ¡El gozo está literalmente escrito en gracia!
Este es un punto importante que debemos recordar a los creyentes maduros, porque a veces damos por sentada nuestra salvación. Nos acostumbramos a la idea de que somos salvos y que tenemos una relación correcta con Cristo. Necesitamos que se nos recuerde el milagro de nuestra salvación. Esto también se ilustra en la parábola del tesoro escondido en un campo que se encuentra en Mateo 13:44.
La alegría o el gozo no es algo que fabriquemos por nuestra cuenta. Fluye de un corazón centrado en Cristo. La alegría es un estado mental y de corazón continuo para el discípulo de Cristo. Está presente cuando la vida es pacífica y libre de dolor, y está presente cuando la vida gira a nuestro alrededor, caótica y turbulenta.
Las Escrituras argumentan que el gozo es algo más que un sentimiento que experimentamos cuando las cosas van bien: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas Pruebas. sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” (Santiago 1:2–3 RV60) “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. (Hebreos 12:2 RV60).

2. Mira a Jesús como tu fuente de gozo en todas las cosas

El fruto del Espíritu es una imagen de Cristo mismo. Qué maravilloso cuando hemos practicado bien la paciencia o la bondad o somos fieles en lo que Dios nos ha llamado a hacer, pero es difícil expresar todos los frutos mientras aún trabajamos en nuestra salvación. Sin embargo, podemos mirar a Jesús como nuestra fuente de gozo en todas las cosas. Podemos practicar cómo encontrar alegría en las cosas pequeñas, las cosas mundanas, los lugares donde la alegría puede ser difícil de localizar. Si Dios está ahí, entonces no importa cuán difíciles sean las cosas, allí también se puede encontrar alegría. Buscar la alegría es una disciplina espiritual, y cuando ejercitemos ese músculo, crecerá.
Como he explicado a través de esta serie, el fruto del Espíritu no son emociones o sentimientos, si no más bien son condiciones del corazón, del alma, y podemos encontrar gozo siempre en Jesús, en seguir sus pisadas, que Él sea el centro de nuestra existencia, de todo cuanto hacemos en esta tierra esté permeado por su presencia. El Apóstol Pablo pudo experimentar ese gozo a pesar de escribir desde la prisión, el se encontraba preso por la causa de Cristo y eso cambiaba todo en su vida, porque era por la causa de aquel que lo había salvado y llamado a servir que estaba pasando prisiones. Así de la misma manera podemos experimentar ese gozo en los momentos de tribulación, en los problemas de la vida cotidiana. Puedes decir: “Si Dios es por mí, quién contra mí”, Aleluya.

3. Puedes experimentar ese gozo en cualquier circunstancia

El gozo es sustentable de una manera que la felicidad no puede hacerlo. Hay que adquirir el hábito de encontrar el gozo en lo que hacemos, por ejemplo: aún cuando regreses a casa después de un día arduo, tal vez las cosas no salieron bien, te sientes cansado, sin ánimos, puedes recargar baterías en el camino, para que cuando llegues a tu casa, Dios a través de su Espíritu Santo te ministró en el camino, y pudiste descargar en las todas esas emociones, y permitirle que te renueve, que te levante el ánimo, que te ministre el gozo, porque su gozo, como lo dice Nehemías 8:10: “El gozo del Señor es mi fortaleza”. No permitas que el enemigo, o las circunstancias roben tu gozo, recuerda ese gozo está basado en Cristo, en lo que ya Él hizo por ti en la cruz del Calvario, eres su hijo, su hija, y lo tienes a tu Padre Celestial que está al cuidado de tu vida, así que cuando llegas a casa, no descargas todas esas emociones negativas sobre tu cónyuge o tus hijos, sino le has permitido al Espíritu Santo que cambie el agotamiento, el desgaste y te renueve para su gloria.
El gozo en una situación difícil puede ilustrarse con la emoción que se siente después de que una mujer da a luz. Ella ha sufrido y trabajado muy duro para dar a luz al bebé, pero inmediatamente siente alegría cuando ve

el rostro de su hijo. La alegría puede ser indescriptible en esos momentos intensos y hermosos.

Atentamente,

Pastor Guillermo Ayala

Versículos Bíblicos

Mateo 13:44.
Santiago 1:2–3
Hebreo 12:2

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