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La Razón de Dar es el Amor
Lucas 9:23-26
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues, ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.
Seguir a Jesús implica un acto diario de negación propia y de dar. No se trata de acumular riquezas o posesiones, sino de vivir una vida de sacrificio y servicio. Al dar de nosotros mismosy de lo que tenemos, reflejamos el sacrificio de Jesús y mostramos al mundo el amor de Dios.
Lucas 10:27
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
El amor es la fuerza motriz detrás de nuestra generosidad. Cuando amamos a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, dar se convierte en una expresión natural de ese amor. No damos por obligación, sino porque nuestro corazón está lleno del amor de Dios. Este amor nos impulsa a ver las necesidades de los demás y a responder con generosidad.
2. La Generosidad No es un Intercambio
Proverbios 29:7
Conoce el justo la causa de los pobres; Mas el impío no entiende sabiduría.
La verdadera generosidad no espera nada a cambio. No damos para recibir algo en retorno, sino porque entendemos y compartimos el corazón de Dios por los necesitados. La justicia y la compasión nos guían a dar sin esperar recompensas, sabiendo que Dios valora y bendice un corazón generoso.
3. Demos a Dios Porque Somos Generosos
Isaías 58:6-7
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, ¿y no te escondas de tu hermano?
La verdadera generosidad se manifiesta en nuestras acciones diarias hacia los demás. Dar no es solo una acción aislada, sino un estilo de vida. Damos a Dios cuando extendemos nuestras manos a los necesitados, cuando compartimos nuestro pan con el hambriento y cuando ofrecemos refugio al desamparado. Nuestra generosidad refleja el carácter de Dios en nosotros y demuestra nuestra gratitud por Su provisión.
Nuestra generosidad debe estar motivada por el amor, no por el deseo de obtener algo a cambio. Al dar, reflejamos el corazón de Dios y cumplimos con Su llamado a amar y servir a los demás. Que nuestra motivación para dar sea siempre el amor de Dios en nosotros, y que nuestras acciones sean una expresión de Su generosidad.
Atentamente, Pastor Guillermo Ayala
Versículos Bíblicos
Lucas 1027
Lucas 9: 23-26
Proverbios 29:7
Isaías 58
Juan 6
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