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En Isaías la escritura nos dice que de una virgen nacerá un salvador y se llamará: “Emanuel”, que significa Dios con nosotros.
Jesús vino a esta tierra para tomar nuestras cargas y hacernos libres de todo pecado, Jesús dejó su trono celestial para estar con cada uno de nosotros.
La realización de nuestra vida no está en nuestros planes sino en los planes de Dios, y cumplir el sueño de Dios. Dios tomó un compromiso muy grande y dijo: “no hay manera de que el hombre se salve a sí mismo entonces enviaré a mi hijo para que el muera en una cruz”, y ese compromiso fue el mayor acto de amor, deberíamos hacernos esta pregunta: ¿Quiénes estamos dispuesto a entregar a nuestros hijos por personas que no conozcamos y que muchas veces nos desprecian?. Para pensar sobre el gran amor de nuestro Dios.
En medio de la recesión llegó esta palabra: de que llegaría el Mesías, el Salvador; el que salvaría el mundo, nuestro Señor vino para acabar con el problema del hombre; que es el pecado y la muerte, esos son los problemas más grandes que como seres humanos nos enfrentamos, nosotros tenemos muchas habilidades dadas por Dios, lo que el hombre se propone lo logra, pero hay un problema, nosotros no podemos vencer el pecado ni la muerte.
Nosotros tenemos que ver que Jesús nacería de una Virgen, pensemos cómo una virgen iba a concebir un hijo sin tener relaciones con un muchacho, es algo imposible, inaudito sin precedente en la historia, este milagro engendrado por el Espíritu Santo en la virgen María solamente podía ser así, y ahí podemos entender “Emanuel Dios con nosotros” sin intervención humana y solo así el hijo que concibe María es Jesús por eso es la persona más extraordinaria, por eso Jesús pudo hacer los milagros que él hizo. Él mismo Padre lo respalda haciendo todas las obras para destruir todas las obras del Diablo. El vino a destruir la enfermedad, la muerte y el pecado que es el problema del hombre.
Recordemos el relato: Jesús se encuentra con una mujer en un pozo y le dijo: “mujer dame de beber”, esa fue la excusa que Jesús usó para llegar al problema de esta mujer, que era de aceptación, era su problema en esta vida. Y Jesús le dijo: “mujer yo tengo el agua que tu necesitas, y si bebieren de ella jamás tendrías sed y nunca más serás la misma.”
Esa mujer tuvo un encuentro con Jesús que cambió su vida para siempre y este es el Dios que tú y yo adoramos .
Veamos estos 3 puntos:
- El mayor bien que podemos nosotros tener en esta tierra no es la casa, no es el auto, no es la esposa o sus hijos -lo cual son valiosos-, Jesús es tu bien más preciado en esta tierra. En Jesús podemos encontrar el verdadero amor en nuestra vida.
El que tiene a Jesús lo tiene todo, y al que no tiene a Dios no tiene nada, Dios debe ser lo más importante de nuestra vida y debemos reconocer que sin él nada somos y nada podemos hacer, y debemos estar conscientes de esta gran verdad, Emanuel Dios con nosotros.
Dios no envió a un ángel ni a un arcángel, él mismo en persona vino habitar, en persona, el Verbo hecho carne.
- Nadie puede saciarte ni nadie puede llenarte como solo Dios puede hacerlo.
Todo lo bueno y lo perfecto me la da Dios, solo Dios nos da el perdón, es muy importante sentirnos perdonados y qué importante es estar en paz con el Señor, no busques tesoros en personas ni mucho menos en cosas materiales (hoy la tenemos y mañana no) pon tu confianza en el que puede llenar nuestra vida. Solo Jesús puede amarte como solo él lo sabe hacer.
- Sólo Emanuel puede traer satisfacción en la vida
Solo Jesús nos da esperanza, es la fuente de vida, la luz y nuestra guía. Si sigues a Jesús él te lleva por un camino recto y te animo a que busques la fuente de vida. Jesús te va a hacer una persona alegre, llena de gozo porque el Señor es la fuente de vida.
Cuando tu alma espera el bien, estás en una relación correcta con Dios porque Dios es un Dios bueno y misericordioso. El Señor está con nosotros en espíritu y en verdad cuando estemos delante de él y le veamos cara, eso será maravilloso, cada día estamos más cerca de nuestra redención de nuestro creador
Atentamente,
Pastor: Guillermo Ayala
- Isaías 7: 4
- Salmo 16:2
- Isaías 35:4
- Santiago 1:17
- Mateo 28:20
- 1 de tesalonicenses 4 :17
- Apocalipsis 1: 3
- Juan 1:12
- Salmo 36:8-9
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