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Versículo de apertura:

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
— Hebreos 11:1

La fe es el cimiento sobre el cual construimos nuestra vida espiritual. No se trata solo de creer en Dios, sino de confiar en Su Palabra y vivir en la expectativa de Sus promesas. La Palabra de Dios es viva y eficaz, y nos invita a vivir de acuerdo con Su voluntad, llenos de confianza y convicción.

Dios nos llama a tener una fe activa, que se refleje en nuestras acciones y decisiones diarias. Esta fe no se origina en nuestras fuerzas o méritos, sino que es un regalo de Dios. Efesios 2:8-9 nos recuerda que somos salvos por gracia, a través de la fe, y no por obras para que nadie se gloríe.

La fe nos mueve a obedecer a Dios, como hizo Noé, quien, “por la fe, Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase…” (Hebreos 11:7). Así también, la Palabra de Dios, como una espada de doble filo (Hebreos 4:12), discierne nuestros pensamientos y nos alienta a vivir en Su verdad.

Fe para la Palabra de Dios: Inmutable y Poderosa
“Cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
— Mateo 24:35

La Palabra de Dios es eterna e inmutable. A través de todas las épocas y culturas, Su mensaje permanece firme. En un mundo lleno de incertidumbres, podemos confiar en la estabilidad y autoridad de la Biblia. Cuando meditamos en las Escrituras, nuestra fe se fortalece y nuestro entendimiento espiritual se profundiza.

Pero tenemos que creer a la Palabra de Dios, darle la autoridad divina sobre nuestras vidas, para poder transformar nuestra manera de pensar y actuar.M

Meditar en ella de día y de noche, y por sobre todo aplicarla a nuestras vidas, para no ser tan solamente oidores. 

Fe para la Oración:
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”
— Mateo 7:7

Pide con fe, no dudando, la oración es la manifestación de nuestra fe en acción. Es un diálogo constante con nuestro Padre Celestial. Él nos invita a acercarnos confiadamente, a pedir y buscar en Su presencia. A través de la oración, no solo presentamos nuestras necesidades, sino que también nos alineamos con Su voluntad.

“Orad sin cesar.” (1 Tesalonicenses 5:17) nos exhorta a mantener una vida de oración continua, no como una repetición mecánica, sino como una actitud constante de comunión con Dios.

Oración de Fe: Eficaz y Transformadora
“Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”
— Santiago 5:15

Cuando oramos con fe, nuestras palabras no son meras expresiones de deseo, sino declaraciones de confianza en el poder de Dios para obrar. La oración eficaz es aquella que está arraigada en la fe en Su Palabra y en Su carácter.

Nuestra fe en la Palabra de Dios y en la oración debe ser inquebrantable. A medida que profundizamos en las Escrituras y mantenemos una vida de oración activa, somos transformados a la imagen de Cristo. Recordemos que nuestra fe, un regalo de Dios i un don de Dios, nos permite acceder a las promesas y bendiciones que Dios ha preparado para nosotros.

Atentamente Pastor Guillermo Ayala

Versículo Bíblicos:

Hebreo 11:1 

Efesio 2:8-9

Hebreo 11:7

Hebreo 4:12 

Mateo 24:35

Mateo 7:7 

1 Tesalonicenses 5:17