Hechos 2:1–47
El día de hoy vemos en Hechos 2 que después de ser lleno del Espíritu Santo, Pedro proclama el evangelio; más de tres mil personas se salvan, nace la iglesia y el reino de Dios comienza a impactar a Jerusalén.
1. EL ESPÍRITU SANTO TE LLENA PARA QUE TESTIFIQUES Y GANES ALMAS
El día de Pentecostés, los discípulos estaban juntos en un lugar cuando el Espíritu Santo descendió como Jesús lo prometió (vv. 2-3). El versículo 4 afirma que todos los discípulos quedaron llenos del Espíritu Santo. Una gran multitud de personas se reunió para ver a qué se debía todo aquel alboroto. Luego, Pedro proclamó el evangelio a las masas y tres mil personas fueron salvas (vv. 14-40). Así, la iglesia nació en Jerusalén. De la misma manera la razón por la que el Espíritu Santo viene sobre nosotros con poder, es para que testifiquemos a otros y compartamos nuestra fe con los no creyentes, para que les alumbre la luz de Cristo.
¿Estás compartiendo tu fe con alguien más? Es posible que te dé temor, al igual que Pedro quién incluso hasta negó a Jesús en un momento difícil, pero luego de que fue lleno del Espíritu Santo, junto con los once predicaron y ganaron almas.
2. CUATRO PILARES DE UNA VIDA LLENA DEL ESPÍRITU SANTO
¿Cómo era la vida de estos nuevos creyentes? Los versículos 42–47 dan una idea de lo que la iglesia primitiva valoraba y practicaba. Su cultura y circunstancias influyeron en las estructuras que emplearon. Lo que es más relevante para nosotros es lo que valoraban y practicaban como discípulos de Jesús: devoción a Dios y su Palabra, comunión unos con otros, generosidad radical y compartir, y orar y adorar juntos. Estos fueron cuatro pilares en la iglesia naciente del Nuevo Testamento, y no pueden faltar en nuestra iglesia en el siglo 21.
Como resultado de los valores y prácticas espirituales centrados en Cristo en la iglesia primitiva, se produjeron dos efectos poderosos. Primero, la iglesia tuvo una tremenda influencia sobre quienes los rodeaban. El versículo 47 dice que los discípulos “gozaban del favor de todo el pueblo”. Los seguidores de Jesús estaban impactando su ciudad al abrazar la vida y las enseñanzas de Jesús. Segundo, Dios trajo gente a su reino. El versículo 47 termina declarando: “Y el Señor añadía cada día a ellos los que se salvaban”. A través del coraje, la fe, las buenas obras y la confianza de los discípulos en el Espíritu Santo, Dios añadía a la iglesia diariamente. ¡El reino estaba creciendo!
3. CON EL PODER DEL ESPÍRITU TRASTORNA EL MUNDO A TU ALREDEDOR
Como creyentes hoy, nosotros también podemos tener una poderosa influencia en el mundo que nos rodea. Nuevamente, nuestro objetivo no es copiar y pegar la estructura exacta de cómo funcionaba la iglesia primitiva en nuestras estructuras actuales. Más bien, podemos aprender cómo los primeros discípulos se relacionaban con Dios, entre sí y con el mundo y aplicar esos principios subyacentes a nuestro contexto.
Si amamos a Dios y obedecemos su Palabra, caminamos en profunda comunidad unos con otros, damos desinteresadamente y oramos continuamente, una vez más cambiaremos el mundo por el poder del Espíritu Santo.
A MEDIDA QUE NOS DEDICAMOS CONTINUAMENTE A DIOS Y A LOS DEMÁS, DIOS ATRAERÁ A LAS PERSONAS A SU REINO.
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