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Seguimos con la base de la anterior enseñanza…..
3) Señal – Identidad quién eres tú en Cristo
Vemos una historia donde Jesús vió que los enfermos se reunían, y el primero que se sumergía en las aguas era sanado pero en especial había un hombre que llevaba 38 años enfermo y postrado. La sanidad de este enfermo paralítico nos enseña que Dios busca al perdido para salvarlo, no es que el cojo haya llegado a buscar a Jesús; es Jesús llegando a donde está la necesidad. Este hombre había sufrido por largo tiempo pero Jesús llegó para
Una persona después de mucho tiempo estar enferma pierde la noción de lo que antes podía hacer, no es que nació así, sino que al estar tanto tiempo sin poder realizar o hacer lo que antes hacía conlleva a resignación de obtener sanidad. Las señales son para que las personas crean en Jesucristo, y en el Poder sanador de nuestro Señor Jesucristo, y hay personas que no creen si no ven y por misericordia a esas personas Jesús hizo muchas señales de que Dios realmente estaba con el.
El paralítico de Betesda (JUAN 5)
2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Cuando llevamos mucho tiempo en la enfermedad puede que nuestra identidad se haya envuelta en el sufrimiento, se pierde la identidad y obtenemos un papel de víctima, y quizás estás pasando por alguna prueba y crees que Dios no está contigo. Cuando Jesús viene cambia la perspectiva, y cambió la identidad a este hombre porque lo primero que él le dice es: “no puedo”, y Jesús le está diciendo si puedes, si confía en Dios , cuando nosotros confiamos en Dios todo es posible.
Si esto se aplica a ti mi amado, date cuenta que hay algo más del sufrimiento que estás pasando, no importa lo que estés pasando, Jesús te da una identidad nueva y un propósito diferente. Eso hace que nos levantemos día a día diferente, no importa que el día esté gris o nevando, se levanta con gratitud porque tienes un nuevo día delante y una nueva oportunidad para hacer la diferencia en esta tierra.
Cuando Jesús sanó al paralítico le dijo: “levántate, toma tu lecho y anda”. En ese momento Jesús le declaró la sanidad, le dio otra identidad y propósito, Jesús lo buscó para sanarlo.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” Este hombre no conocía a Jesús, y después de ser sano este hombre es enfrentado por las autoridades porque llevaba su camilla en un día Sábado (el cual era un día de reposo).
La Gracia de Dios nos da gratuitamente, la respuesta de paralítico dijo: “no puedo”, no como en otros casos que dijeron: “si quiero ser sanado”, y luego de un tiempo Jesús se vuelve a encontrar con él y le dice no peques más, y acá hay otra parte importante; él se preocupa por lo físico y también por lo Espiritual.
Misión es llevar el evangelio a todo lugar y formar discípulos de Cristo.
Cuando el Señor se encontró con la mujer samaritana, Jesús le dio una nueva identidad. Ella va y cuenta todo lo que le pasó y esta mujer entendió cuál era el propósito de su restauración, compartir lo que Dios había hecho en su vida con los otros. El Señor nos da enseñanza con esta señal que debemos testificar las cosas que hace Dios en nuestras vidas.
Cuando el Señor dice que va a hacer algo, él lo hará. Dios tiene el poder para hacerlo sin importar lo que nosotros pensemos, Jesús es imparable. Nada lo puede detener ni siquiera la muerte lo pudo detener.
Hay una ilustración que nos ayudará a comprender esto::
- Hay un embajador, Jon James, visita una nación nómada y el Embajador trae consigo una esclava con él que se llama: “Samay”. Cuando los nómadas se enteran le piden que la libere o si no va a morir, Jon James le da la libertad a Samay , pero ella se niega, entonces se llega a la conclusión que ella ha sido esclava por tanto tiempo como para comprender lo que significa la libertad”. En esta historia podemos entender que un problema o enfermedad por largo tiempo nos pueden hacer perder la noción de la Libertad que nos ofrece Jesús.
La alimentación de los cinco mil nos recuerda que Jesús es el Pan de Vida.
Vino un niño y trajo 5 panes con dos peces, y Jesús tomó los panes y peces, bendijo a Dios, y mandó a los discípulos a repartirlos a la multitud.
Aunque la gente veía las señales que Jesús hizo, pedían más y más señales para poder creer, pero Jesús les dijo: “Yo soy el Pan de Vida”.
Toda la vida estamos haciendo transacciones; yo doy algo por algo, y así parecer ser que hacemos con nuestras relaciones, yo te ayudo, pero luego cuando yo te necesito tú me ayudas y estamos así en ese sistema de comportamiento, siempre esperando algo a cambio.
Dios te dice: “no me tienes que dar nada a cambio solo debes creer en mí”,. El si te dará el pan de vida, por fe hemos creído que él es el Hijo de Dios que vino a morir por nosotros, por la fe.
Cuando tenemos a Jesús en el corazón, le damos gracias a Dios todos los días y debemos renovar nuestra Fe.
Para recibir la salvación tengo que aceptar que soy un pecador, y Jesús es el único que puede salvar nuestra vida.
La señal de la alimentación de los cinco mil apunta a Jesús, Él es el Pan de Vida que descendió del cielo.
Atentamente, Pastor Guillermo Ayala.
- Juan 5:1-21
- Juan 1:10
- Juan 3: 16
- Juan 6:25-59
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