Jesús Vino a Dar Descanso

por Jul 29, 2024

Tiempo de lectura 3 minutos

1. Jesús vino como médico para los enfermos y pecadores

Versículo Base: Mateo 9:1-13

Al entrar Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico tendido sobre una cama. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: “Ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados”. Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: “Este blasfema”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: “¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: ‘Los pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados” —dijo entonces al paralítico—: “Levántate, toma tu cama y vete a tu casa”. Y él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la multitud se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Al pasar Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el banco de los tributos públicos, y le dijo: “Sígueme”. Y se levantó y le siguió. Y aconteció que, estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores que habían venido se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: “¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?” Al oír esto Jesús, les dijo: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: ‘Misericordia quiero, y no sacrificio’. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.

Jesús vino al mundo para traer sanidad espiritual a aquellos que lo necesitan. Como el médico que atiende a los enfermos, Jesús se acercó a los pecadores y marginados de la sociedad, ofreciéndoles perdón y esperanza. Él no se apartó de los que eran considerados impuros o indignos, sino que les extendió su amor y misericordia. La invitación de Jesús es para todos aquellos que reconocen su necesidad de un Salvador, sin importar su pasado o condición.

2. Jesús sabe que no somos perfectos y no espera perfección de nosotros

Versículo Base: Mateo 11:28

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

Jesús nos llama a venir a Él con nuestras cargas y preocupaciones. Él entiende nuestras debilidades y no espera que seamos perfectos. En lugar de exigirnos perfección, nos ofrece descanso y alivio. La vida cristiana no se trata de alcanzar un estándar imposible, sino de depender de Jesús y confiar en su gracia. Al acercarnos a Él con humildad y sinceridad, encontramos descanso para nuestras almas y la fuerza para enfrentar cada día.

La mejor manera de alcanzar descanso para nuestra alma, es sentarnos a los pies de Jesús y recibir Su Palabra.

Atentamente, Pastor Guillermo Ayala

Versículos Bíblicos: Mateo 9:1-13 y 11:28

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