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Versículo Clave:
«A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.» (Mateo 9:37-38)
El ministerio terrenal de Jesús estuvo lleno de enseñanzas, milagros y un profundo amor por las almas. En Mateo 9:12-36, vemos cómo Jesús se movió con compasión, sanando, enseñando y preparando a sus discípulos para la gran tarea de ser obreros en la mies de Dios. Este pasaje nos desafía a reflexionar sobre nuestro rol en la misión divina.
1. Jesús vino para los necesitados (Mateo 9:12-13)
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos… Misericordia quiero, y no sacrificio.»
Jesús confrontó a los fariseos que criticaban su asociación con pecadores y cobradores de impuestos. Su respuesta fue clara: Él vino para sanar a los espiritualmente enfermos.
- Todos somos necesitados de la gracia de Dios. No importa cuán lejos creamos estar, Jesús nos llama con amor.
- ¿Reconoces tu propia necesidad espiritual?
- Acepta que sin Jesús no puedes ser salvo. Invita a otros a conocer el mismo amor que has experimentado.
- Sé un reflejo de la misericordia de Jesús en tus palabras y acciones.
2. Una compasión que transforma (Mateo 9:35-36)
«Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando… sanando toda enfermedad… al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas.»
La compasión de Jesús lo llevó a acercarse a las multitudes, no a evitarlas. Los vio como ovejas sin pastor, vulnerables y necesitadas.
- Jesús no sólo vio la necesidad física de las personas, sino también su vacío espiritual.
- ¿Miramos a las personas con los ojos de Jesús o las juzgamos superficialmente?
- Pide a Dios que te dé un corazón compasivo como el de Cristo.
- Busca formas prácticas de servir y mostrar el amor de Jesús en tu comunidad.
3. La mies es mucha, pero los obreros son pocos (Mateo 9:37-38)
Jesús observó que la necesidad era grande y la fuerza de trabajo insuficiente. Su instrucción fue clara: oren al Señor de la mies para que envíe más obreros.
- El campo está listo para la cosecha, pero requiere obreros dispuestos.
- ¿Estás dispuesto a ser un obrero en la mies del Señor?
- Ora para que Dios te muestre tu papel en Su misión.
- Dedica tiempo a prepararte espiritualmente para ser un instrumento útil en Sus manos (a través de la Palabra, oración y comunidad).
- Habla de Jesús donde estés, sabiendo que cada pequeño esfuerzo contribuye a la gran cosecha.
Jesús no sólo nos invita a ver la necesidad, sino a actuar. Nos llama a responder con un corazón lleno de compasión y a ser parte activa en la obra de Su reino. La cosecha es de Él, pero tú y yo somos sus instrumentos.
Atentamente Pastor Guillermo Ayala
Versículos Bíblico:
- Juan 4:35: «Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.»
- 1 Corintios 3:7: «Ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.»
- Isaías 6:8: «Aquí estoy, envíame a mí.»
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