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Observamos el asombro de las madres al ver cómo sus bebés crecen, y a través de ciertas aplicaciones, se nos muestra su desarrollo mientras crecen en el vientre de la madre en imágenes. Para los padres, sostener a sus hijos por primera vez en brazos es un momento maravilloso. La vida que Dios nos otorga es un regalo que debemos aprovechar y disfrutar plenamente, y es un llamado a crecer en todos los sentidos.
1. Crecer en Conocimiento y Relación con Dios
Nuestra relación con Dios es un viaje de aprendizaje constante. Su Palabra nunca vuelve vacía, siempre cumple su propósito. En nuestra búsqueda de conocer quién es Dios, cómo es y qué hace, encontramos respuestas en las Escrituras. La voluntad de Dios para nuestra vida se despliega en la Biblia. Cuando estamos con Dios, experimentamos su cuidado y protección, reflejados como un abrigo bajo sus alas.
Al igual que nuestros hijos se preparan para el mundo académico, también debemos crecer en la palabra de Dios. A medida que avanzamos en el camino de la fe, aprendemos a vivir de manera digna y agradable ante Él. Llevamos su presencia con nosotros a dondequiera que vayamos, ya que el Espíritu Santo habita en nuestro interior.
2. Virtud y Conocimiento: Complementos Esenciales
En nuestro caminar con Cristo, no solo acumulamos conocimiento, sino que también debemos cultivar virtud. El dominio propio, un fruto del Espíritu Santo, es esencial para vencer al viejo hombre. Observamos cómo Jesús enfrentó el desprecio y la crítica, y cómo mantuvo su camino en medio de las adversidades.
A medida que profundizamos en el conocimiento de Dios, construimos una relación más sólida con Él. Reconocemos que cuanto más crecemos en nuestro entendimiento, más fácil se vuelve conectar con nuestro Creador.
En esta carrera de crecimiento espiritual, estamos llamados a crecer en conocimiento y relación con Dios. Así como los niños avanzan en su educación, nosotros avanzamos en nuestro entendimiento de la Palabra de Dios. En este viaje, abrazamos virtudes como el dominio propio, modelando así la vida de Cristo en medio de los desafíos.
Que estas reflexiones nos guíen mientras perseguimos una conexión más profunda con Dios. Recordemos las palabras de Colosenses 1:10 y 2 Pedro 1:5-6, comprometiéndonos a crecer en nuestra fe y transformación diaria. Y que el pasaje de 2 Pedro 3:18 inspire nuestro constante crecimiento en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Con amor y fe, Pastor Guillermo Ayala.
- Colosenses 1:10
- 2 Pedro 1:5-6
- 2 pedro 3:18
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