VENCIENDO LA OPOSICIÓN

por Sep 20, 2023

Tiempo de lectura estimado: 3 minutos.

Cuando te entregas a la voluntad de Dios, debes estar preparado para enfrentar la oposición.

Casi inmediatamente después de su aparición en los evangelios, la misión de Jesús se encontró con resistencia. Los demonios intentaron revelar su verdadera identidad antes de tiempo (Marcos 1:34), y el diablo lo tentó (Lucas 4:1-13). Incluso sus contemporáneos buscaron su destrucción (Juan 11:53). ¿La razón? Porque las fuerzas oscuras de este mundo siempre tratan de vencer a la luz (Juan 1:5). Cuando te dedicas a la obra de Dios, la oposición es una realidad, ya que Satanás acecha, buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8). Este patrón se repite en los relatos de Esdras y Nehemías, cuando el pueblo de Dios se embarcó en la reconstrucción del templo y las murallas de Jerusalén y se encontró con obstáculos.

Los ataques de Satanás suelen ser sutiles, no frontales. Identificarlos y resistirlos es clave. En Esdras 4, los opositores se presentan inicialmente como «colaboradores» (Esdras 4:2). Parecen dispuestos a ayudar en la reconstrucción del templo y argumentan que adoran al mismo Dios y le han hecho sacrificios desde hace mucho tiempo. Sin embargo, a menudo, la oposición no se manifiesta directamente como un ataque frontal, sino como un compromiso sutil.

Después del exilio, no judíos (samaritanos) se asentaron en la región, desarrollando una religión que parecía judía pero no lo era. Cuando Zorobabel y los líderes judíos rechazaron su oferta, los samaritanos desalentaron a los israelitas y los hicieron temer continuar la obra (Esdras 4:4). A medida que avanza la historia, apelan al rey Artajerjes y acusan a los judíos de rebelión (Esdras 4:7, 12).

Cuando te enfrentes a la oposición, no te detengas en la voluntad de Dios. Nehemías, al reconstruir los muros de Jerusalén, también se encontró con resistencia (Nehemías 4), pero no se rindió. En Nehemías 6, sus opositores volvieron y descubrieron que había completado la obra. Lo acusaron de traición (Nehemías 6:6), y Nehemías respondió, pero también buscó fuerza en la oración: “Pero ahora, oh Dios, fortalece mis manos” (Nehemías 6:9). Ante la oposición, Nehemías se mantuvo firme y encontró su fortaleza en el Señor.

Recuerda que el sufrimiento debido a la oposición es temporal, mientras que la gloria venidera es eterna. Como Jesús nos advirtió, en este mundo enfrentaremos tribulaciones, pero podemos encontrar paz en Él, porque Él ha vencido al mundo (Juan 16:33). La oposición no toma por sorpresa a Dios, y aunque enfrentemos sufrimientos temporales, la gloria eterna nos aguarda. En medio de los desafíos, podemos seguir el ejemplo de Nehemías, buscando fortaleza en la oración.

Atentamente, Guillermo Ayala.

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