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La restauración de Dios comienza en el corazón. Cuando Él transforma nuestro interior, nuestras decisiones, actitudes y vida entera cambian. Pero si el corazón está endurecido, nos alejamos de su propósito. Hoy veremos cómo Dios quiere darnos un corazón nuevo y el peligro de resistir su llamado.
1. Dios busca restaurarnos no por nuestra bondad , sino por su bondad.
«Os daré un corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.»
—Ezequiel 36:26
Proverbios 4:23 nos advierte: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.» Nuestro corazón es el centro de nuestras emociones, pensamientos y voluntad; si está alineado con Dios, nuestras decisiones reflejarán su amor y justicia.
A diferencia del ser humano que se deja llevar por las apariencias, Dios mira el corazón (1 Samuel 16:7). Él no busca perfección, sino disposición. Cuando le entregamos nuestro corazón, Él lo llena con su gracia y lo moldea conforme a su voluntad.
2. El peligro de un corazón endurecido
«Pero endureció Faraón su corazón, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.»
—Éxodo 7:13
Un corazón endurecido es aquel que se resiste a la voz de Dios. El faraón de Egipto es un ejemplo claro (Éxodo 7:11-13): vio las señales de Dios, pero se negó a cambiar.
Pablo, en Romanos 1:18-32, nos advierte que quienes rechazan la verdad de Dios terminan atrapados en la oscuridad de su propio pecado. Y en Daniel 2:4, vemos que la arrogancia de los reinos terrenales los lleva a la ruina.
Cada vez que ignoramos la corrección de Dios, corremos el riesgo de endurecer nuestro corazón. La soberbia, el pecado y la incredulidad nos alejan de su amor. Pero aún hay esperanza: Dios está dispuesto a restaurarnos si nos volvemos a Él.
3.Dios promete purificar los corazones y las mentes del pueblo v. 26-29
Dios no solo repara lo dañado; Él hace algo nuevo. En Ezequiel 36:26, nos promete un corazón nuevo, sensible a su voz y guiado por su Espíritu.
Dios anhela darte un corazón nuevo, lleno de vida y propósito. No permitas que el pecado o el orgullo lo endurezcan. Hoy es el día para rendirte a su amor y permitirle transformar tu vida.
Oración:
Señor, aquí está mi corazón. Quita todo orgullo, temor y dureza en mí. Renuévame con tu Espíritu y ayúdame a seguirte con fidelidad. En el nombre de Jesús, amén.
Atentamente, Pastor Guillermo Ayala
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