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1. La importancia del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo
Versículos clave: Isaías 7:14, Lucas 1:46-55, Romanos 5:12-19
El nacimiento de Jesús marca el cumplimiento de la promesa de redención de Dios. Isaías profetizó sobre la venida del Emanuel, «Dios con nosotros» (Isaías 7:14), quien traería esperanza a un mundo quebrantado.. Este nacimiento no solo cambió la historia, sino que también transforma vidas hasta el día de hoy, ofreciendo salvación y reconciliación con Dios.
Jesús no hubiera podido ser nuestro Salvador si José hubiese sido su padre terrenal, porque habría heredado la naturaleza del pecado que viene desde Adán hasta el resto de la humanidad.
Nuestro Señor nació de una virgen pues lo que en ella fue engendrado, por el Espíritu de Dios fue engendrado. Jesús fue hombre, pero a la vez Dios. Por eso es que es extraordinario, su nacimiento, su vida, ministerio, muerte y resurrección. El era el Verbo encarnado, esas son las noticias de gran gozo, por eso celebramos la Natividad de Jesucristo.
2. El canto de alabanza de María
Versículo clave: Lucas 1:46
María, al ser elegida para dar a luz al Salvador, reconoció la magnitud de este evento, alabando a Dios con un cántico que resalta Su fidelidad y misericordia (Lucas 1:46-55). A través de Jesús, todos hemos recibido la gracia que nos libera del pecado, como explica Pablo en Romanos 5:12-19.
María dijo: «Engrandece mi alma al Señor». Este versículo encapsula la actitud de adoración y gratitud que brota de un corazón que reconoce la obra de Dios. A pesar de las incertidumbres que enfrentaba, María confió plenamente en el plan divino. Su alabanza no solo honra a Dios, sino que también nos inspira a magnificar Su nombre en todas las circunstancias, reconociendo Su poder y misericordia en nuestras vidas.
María fue una mujer llena de fe, nos deja tantas enseñanzas, entre ellas la humildad. En su canto engrandece al Señor y reconoce cuan pequeña e indigna es ante esa grandeza y majestad del Rey.
3. Cuando Dios bendice a una persona, la bendición no termina ahí
Versículos clave: Efesios 2:8-9
La gracia de Dios es un regalo inmerecido que no solo nos transforma, sino que también impacta a quienes nos rodean. Cuando recibimos Su bendición, somos llamados a compartirla con otros, extendiendo Su amor y bondad. Pablo recuerda que somos salvos por gracia, no por obras, para que nadie se gloríe. Este regalo divino tiene un propósito eterno: glorificar a Dios y bendecir a otros a través de nuestras vidas.
El Señor nos bendijo ya por medio de Cristo Jesús en los lugares celestiales, y si la maldición alcanza a la tercer y cuarta generación, la bendición de Dios alcanza hasta mil generaciones. Ves cuan poderosa es la bendición ante la maldición. Sibtienes a Jesús eres un bendito del Padre.
Que Dios te bendiga y te ayude esta semana a reflejar su gloria.
Atentamente Pastor Guillermo Ayala
Versículos Bíblicos:
Isaías 7:14
Lucas 1:46-55
Romanos 5:12-19
Lucas 1:46
Efesios 2:8-9
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